Gracias.

Bienvenidos. Me gustaría que comentarais sobre esta historia, es la primera vez que escribo una, así que pido que me digáis que os parece.Intentaré hacerlo lo mejor posible,y pronto iré publicando.


Veero(:

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Quinto capítulo.

La fiesta- Tercera parte.



-¡Oli! ¡Loca, ¿me oyes?! – Gritó Raúl con todo su esmero.

¡Hostia!- gritó Olalla por lo bajo, madre mía y ahora ¿qué hago?- pensó para sí.
-¿Qué quieres pesado?- Dijo ella conteniéndose las ganas eufóricas de abrazar a todo el mundo, y no sabía, no tenía ni idea del porqué.
-Ven tonta- Dijo Raúl, así a secas.
Fue, sin pensárselo dos veces, total , aunque le temblaban las piernas, tenía, mejor dicho debía saber qué narices, tenía que decirle Raúl, solo esperaba que no fuese una broma, entonces sería, mejor no pensar como acabaría aquello.


Raúl la cogió de un brazo, esta vez no era como las otras veces, que le agarraba fuerte, para que Xevi le quitara las cosas del estuche, o de la cartera, o le hiciesen quién sabe qué. Esta vez fue delicado, como quien coge a algo que le tiene mucho cariño, acercó sus labios a las orejas de Oli, y le susurró en el oído. Directamente Olalla fue a coger de la habitación dónde dejaron los regalos sus amigos, el pequeño paquete que le había traído Raúl. Lo abrió sin siquiera romper el papel, tenía pensado guardárselo para la eternidad, era de Raúl, un regalo de Raúl no se espera todos los días.
-¿Y esto?- Dijo Olalla asombrada.
-Y esto es para ti cacho de idiota- Dijo Raúl.
-¿ Y de qué me sirve un cuaderno vació?, bueno vale que el bolígrafo decorado por ti, me encanta, pero…-
-¡Tonta!-rió él- Es para que escribas todos los días de este curso que nos quedan por pasar, un diario, pero en el que hables solamente de lo que hacemos en clase, que luego por cierto me darás a mí.
- ¡Oye tú, que los regalos no se devuelven!-Dijo Olalla con una gran sonrisa en la cara- ¿Eso quiere decir que vamos a seguir hablándonos aunque no vallamos al año que viene juntos ¿no?- No se creía que podía estar preguntándole algo así, mirándole a esos ojos verdes…
-Mira que puedes llegar a ser tonta, claro que nos hablaremos, pienso seguir dándote mucho mal, y por cierto no me lo devolverás simplemente lo corregiré con mis anotaciones, ¿sí o no?
- Pues claro que sí- rió Olalla, en esos momentos tenía una sonrisa que nadie podía robarle jamás.

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